lunes, 9 de julio de 2018

BATALLAS DE PUCARÁ, MARCAVALLE Y CONCEPCIÓN

9 de julio: Día de las Batallas de Pucará, Marcavalle y Concepción




Durante los años 1879 a 1884 se desató la Guerra del Pacífico, en la que Chile se enfrentó con Perú y Bolivia. Luego de la invasión del sur (1880) el ejército chileno procedió a invadir la ciudad capital, Lima. Tras la derrota del ejército patriota y la ocupación de Lima, se formaron guerrillas de resistencia, en especial en las zonas costeras y en la sierra.

Es en este escenario donde el Coronel Andrés Avelino Cáceres, vencedor de Tarapacá en 1881, se desplaza a la sierra central (Junín – Cerro de Pasco), donde forma un nuevo ejército libertador.
La primera maniobra de Cáceres se denominó “Campaña de la Breña” (1881 – 1882), que se destacó por la modalidad de guerrillas, compuestas en su mayoría por campesinos y montoneros, pobremente armados pero con gran valor.
El ejército chileno ya había ocupado las principales ciudades del Perú, a excepción de Arequipa, y se preparaba para invadir Junín y Cerro de Pasco, con el fin de eliminar la resistencia de Cáceres, conocido también como “el brujo de los Andes”.
A pesar de sufrir serias bajas en sus huestes, Cáceres se enfrenta con éxito a las tropas invasoras, tras lo cual marcha hacia Ayacucho.
A fines de junio de 1882 Cáceres emprende la segunda fase de la campaña, conocida como “La Contraofensiva” con la que pensaban destruir la división del centro.
La tercera y última fase denominada “Líneas Interiores” era evadir las fuerzas enemigas y destruirlas sucesivamente.
El ejército chileno se había replegado y dividido en varios destacamentos distribuidos en Junín y Cerro de Pasco. El 9 de julio de 1883 se realizan las batallas de Pucará y Marcavalle, culminando en triunfo patriota.
En Concepción, las huestes patriotas se enfrentaron al destacamento chileno al mando del Capitán Carrera Pinto, al cual sitiaron por espacio de 17 horas, con ayuda de la población.
En esta localidad se vivió uno de los incidentes más brutales de la guerra del Pacífico, pues se cometieron excesos de violencia por parte de ambos bandos; la ciudad quedó en ruinas, como testigo de los horrores de la guerra.
Tras la retirada del ejército invasor, el prestigio de Cáceres como libertador se acrecentó. La guerra, sin embargo, se prolongaría por un año más.


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